Descripción
El libro de los “Salmos” siempre ha sido uno de los textos de la Biblia más amados por los cristianos. ¿Quién no ha encontrado consuelo en alguno de estos poemas? La experiencia de diversos autores, especialmente del rey David, ha trascendido hasta sentirnos plenamente identificados con sus expresiones. Pero sin duda, lo que más nos impacta es el cumplimiento de tantos salmos mesiánicos en la persona de Cristo. Desde luego, estas composiciones han sido inspiradas por Dios para beneficio de su pueblo.
El título del libro proviene de la palabra griega “psalmoi” en la Septuaginta, traducción del hebreo “mizmor” (canto acompañado de instrumentos de cuerda). En la Biblia hebrea se denomina “Sefer tehillim” (libro de alabanzas), aunque algunos salmos cambian su título por “telillah” (oración). El salterio se divide en cinco partes, y el libro que nos ocupa se basa en la primera (salmos 1-41). Es difícil hacer una clasificación de los salmos, pero al menos hay seis tipos de géneros: Himnos, cantos de entronización de Yahvéh, lamentaciones comunitarias, lamentaciones individuales, salmos reales y cánticos individuales de acción de gracias, al margen de los penitenciales y sapienciales aplicados a la vida diaria.
Tal y como recogen los autores, los salmos eran compuestos por personas inspiradas en el sentido poético y divino para ser utilizados en los cultos del Santuario inaugurados por David. Por otro lado, diversas colecciones se unieron para el uso de coros levíticos, y de ahí, muchos forman parte de los cancioneros en las iglesias a lo largo de los siglos. Incluso, se da el caso de que hay cancioneros que cuentan con distintas letras inspiradas en el mismo salmo con música diferente porque la riqueza de estas poesías es inigualable.
Este nuevo comentario sobre Salmos se debe al uso de Notas de preparación de uno de los cursos de CEFB a cargo de Ernesto Trenchard, que una vez partió con el Señor, tuvo su continuidad gracias a uno de sus alumnos más aventajados, Pedro Inglés, quien fue anciano y obrero en las madrileñas Asambleas de Hermanos de C/ Trafalgar, 32 (Bº de Chamberí) y C/ Tembleque, 140 (Bº de Aluche), hasta trasladarse con su esposa Puri e hijos a Linares para servir en la Asamblea de C/ Cambroneras, 27 y posteriormente, en la del Bº de la Zarzuela. Con todo, su ministerio se ha extendido por toda España, siendo muy apreciada su labor y la de su esposa por muchísimos hermanos. El que escribe, es uno de los discípulos de Pedro Inglés que con gratitud reconoce cómo el Señor le ha usado para transmitir como obrero aprobado con fidelidad todo el Consejo de Dios y a Puri como obrera, sirviendo a todos en amor de una forma abnegada y ejemplar.
David Vergara