Descripción
El libro dedica sus cuatro primeros capítulos para explicar en primer lugar, que es y donde nació el movimiento. Los primeros dos capítulos vienen una traducción del libro de Roy Coad “La historia del movimiento de los hermanos”, seguido por los artículos originalmente redactados por Pablo E. Le More en la revista Edificación Cristiana. Cuando uno se adentra en estas páginas, y salen a su encuentro hermanos de la talla de Anthony Norris Groves, o John Nelson Darby, o George Muller quien llevo “la vida de fe”, en sola dependencia del Señor a cotas difíciles de superar. Podríamos citar también a Henry Craik, quien junto con Muller en Bristol llevo adelante una gran obra de evangelización, enseñanza y pastoreo. Fue en Bristol donde fruto de la reflexión y el estudio de la Palabra, estos hermanos llegaron a algunas conclusiones que son “señas de identidad” del movimiento, por citar solo dos: el gobierno plural de la iglesia a través de varios ancianos, y la posibilidad del ejercicio de los dones en el culto del partimiento del Pan.
La segunda parte del libro compuesta de 6 capítulos y un extenso archivo fotográfico, se ocupa de como el Señor levanto el interés por la situación espiritual en España de algunos hermanos en Gran Bretaña. Destaca sobre todos Roberto Chapman “un creyente excepcional manso, piadoso y humilde”, “además de un buen exegeta y experto lingüista”. En uno de sus informes a la vuelta de uno de sus viajes misioneros a España, relata como el Señor despertó en su corazón el interés por España. “Tan pronto como fui liberado por el evangelio de Cristo, el estado espiritual de estos tres países España, Portugal e Italia llego a pesar sobre mi corazón. Vosotros sabéis que por siglos han estado enteramente bajo el poder de la iglesia romana, y en ellos el nombre de Cristo ha servido de capa bajo la cual se ha practicado la idolatría más abominable que jamás haya provocado a Dios”. Tres viajes pudo hacer Chapman a España, el primero lo hizo solo y andando desde Santander a Madrid y de allí a Lisboa pasando por Talavera de la Reina y Badajoz. En los otros dos viajes se hizo acompañar por otros hermanos algunos de los cuales después volvieron como misioneros. A lo largo del resto de capítulos se va desgranando en avance de la obra en lugares como Madrid, Barcelona, Galicia, Castilla y León , Andalucía, etc donde aparecen multitud de hermanos entregados abnegadamente a proclamar el evangelio a los cuatro vientos, en aquella España ignorante e intransigente. Hermanos que en muchas ocasiones dejaron atrás vidas opulentas, con carreras profesionales de mucho éxito, para venir a servir a esta pobre España “por amor al Señor”.
Mención especial habría que hacer de dos capítulos que resumen la historia más cercana de las AA. HH en España uno a cargo de Juan Solé y publicado en Edificación Cristiana, y otro a cargo de Pablo Wickham La creación de multitud de obras que trascendían a la propia iglesia local y que se creaban para atender distintas necesidades, estudio bíblico, campamentos, Hogares de ancianos, etc, obras que como destaca Juan Sole se llevaban adelante “…con un mínimo de organización y estructura, pero con un máximo de responsabilidad”. Por su arraigo e importancia el libro destaca dos: Fondo de Evangelización (FONDEVAN), cuyo único propósito es ocuparse de recibir las aportaciones de las iglesias locales y hermanos, para distribuirlas periódicamente entre aquellos hermanos dedicados a pleno tiempo a la obra del Señor. La otra obra reseñada es lo que hoy se denomina “Fondo de Locales”, obra dedicada a facilitar mediante la concesión de préstamos la construcción, adquisición y acondicionamiento de lugares de culto.
La tercera y última parte del libro está dedicada a la extensión del movimiento en España, por regiones, aquí el editor solicitó la ayuda de distintos hermanos en las distintas zonas de nuestra geografía. Como podréis comprobar, las contribuciones son muy dispares en cuanto a estilo y tamaño, pero reflejan la gran diversidad de dones y talentos que componen las AA. HH en España. Como en todo libro que tiene que echar la vista atrás, habrá olvidos, o énfasis no compartidos por todos, historias contadas, según el sesgo de quien lo haya hecho pero terminamos con un párrafo del epilogo, que mira hacia el futuro, y nos reta a vivir en constante imitación, en primer lugar y por sobre todas las cosas de nuestro Amado Salvador, pero también de aquellos que han sido ejemplos de fe y entrega.
“Claramente en los 150 años que hemos repasado en este volumen, hubo momentos de desaliento, junto con otros de fervor restaurado. No sería suficiente leer lo que se ha condensado en el libro y entresacar solo los momentos fervorosos del pasado, concluyendo que hoy el movimiento se ha estancado en España…El centro de adoración de la iglesia es su Salvador crucificado, la participación activa en todas las áreas de servicio por miembros preparados en las Escrituras, así como el impulso por extender el Reino de Dios por la proclamación….nos da algo en común con los adalides del evangelio”.
Reseña de Samuel Pradas